La reciente ratificación de Corpocarnaval sobre las 13 carrozas acreditadas para el Carnaval de Negros y Blancos 2026, junto con el anuncio de no reapertura de resultados, es un acto de firmeza necesaria para una de las fiestas más importantes de Colombia. Es un mensaje claro y contundente: la transparencia y el respeto por las reglas son pilares innegociables.

El Carnaval, un patrimonio de la humanidad, es un escenario de pasión, creatividad y, por supuesto, intensa competencia. La decisión de cerrar el proceso de evaluación de manera rigurosa no es un capricho; es una acción que defiende la institucionalidad y le otorga seriedad al trabajo de los jurados y a la sostenibilidad cultural de la fiesta. Cuando las reglas se respetan, se honra el talento genuino y se motiva a la excelencia.

Sin embargo, Corpocarnaval ha demostrado que la firmeza no tiene que ser excluyente. El anuncio de evaluar alternativas como “Vestir la ciudad” con obras de artistas no acreditados es una movida inteligente y esencialmente nariñense. Es reconocer que el talento y la creatividad desbordada de Pasto y Nariño van más allá de las 13 carrozas seleccionadas.

Esta alternativa de "Vestir la ciudad" es una oportunidad de oro para descentralizar la magia del desfile y llevarla a cada rincón de la capital. Permite que artistas que no lograron la acreditación en la categoría mayor sigan siendo protagonistas, manteniendo su espíritu creador vivo e integrado a la celebración. Esto fortalece la idea de un Carnaval de Negros y Blancos que es una Cultura Viva, no solo un evento de unos pocos días.

Finalmente, el énfasis en fortalecer la seguridad en los talleres es fundamental. Los talleres de los artistas son las verdaderas "fábricas de sueños" del Carnaval. Garantizar su seguridad, no solo física sino también logística, es proteger la génesis de la fiesta.

En conclusión, Corpocarnaval ha tomado una postura de madurez: rigurosidad en la selección, apertura a la integración del talento no acreditado, y compromiso con la infraestructura de la creación. Ahora, el desafío recae en que la comunidad y los artistas abracen esta visión, transformando la frustración por no clasificar en una nueva oportunidad para "Vestir la ciudad" y hacer del Carnaval 2026 el más incluyente y seguro de la historia reciente.