La reciente visita de los Danzantes de Santa Rosa de Cumbitara a la ciudad de Pasto marca un hito significativo, no solo para este talentoso grupo, sino para la vitalidad del intercambio cultural y la preservación de las expresiones tradicionales en Nariño. Que este encuentro sea la primera vez para la agrupación en la capital departamental subraya la importancia de abrir estos escenarios para las manifestaciones artísticas que, a menudo, florecen lejos de los grandes centros urbanos.
El valor de esta gestión radica en el apoyo brindado al semillero de danzantes. Mientras que el acompañamiento anterior se centró en el grupo de mayores, asegurar la continuidad y la formación de las nuevas generaciones es, sin duda, la clave para la proyección y permanencia de su arte. La cultura no es estática; vive y se transforma a través de quienes la heredan y la reinventan. Al invertir en los jóvenes, se está invirtiendo en el futuro de la identidad de Cumbitara.
La energía y el talento que los danzantes compartieron en Pasto van más allá de una simple presentación. Estos espacios de intercambio cultural actúan como poderosos catalizadores. Para los jóvenes de Santa Rosa, es una oportunidad de fortalecer su formación artística, de ganar visibilidad y de sentir el reconocimiento que valida su esfuerzo y su conexión con sus raíces. Para Pasto, es un recordatorio enriquecedor de la diversidad y riqueza artística que emana de su propio departamento.
En un mundo cada vez más globalizado, donde las tendencias externas pueden opacar lo local, el fortalecimiento de los procesos formativos en las tradiciones ancestrales se convierte en un acto de resistencia cultural. La danza, en este contexto, no es solo entretenimiento; es un lenguaje que narra la historia, las costumbres y la cosmovisión de un pueblo.
Es fundamental que este tipo de apoyo y acompañamiento continúe y se amplíe. Las entidades culturales y gubernamentales tienen el deber de facilitar estas plataformas, garantizando que el talento de cada rincón, por remoto que sea, tenga la oportunidad de brillar y de ser un eslabón firme en la cadena de la memoria cultural. Que la semilla plantada con la visita del grupo de Santa Rosa de Cumbitara germine en más oportunidades de encuentro y reconocimiento para todas las expresiones tradicionales de Nariño.