La reciente liberación y rescate de un grupo de caninos en el barrio El Bosque, producto de una orden de la Inspección de Policía por presunto maltrato animal, es una noticia que debe celebrarse como un avance en la conciencia cívica y la responsabilidad ética de Pasto. Este caso, atendido y acompañado por la Alcaldía, no es un incidente aislado, sino un reflejo del creciente compromiso de la sociedad y las autoridades con la protección animal. 🐾
La intervención de la Alcaldía, garantizando el traslado de los animales a un lugar seguro para su evaluación veterinaria, subraya la eficacia y coordinación entre las dependencias municipales. La ley 1774 de 2016 elevó a los animales a la categoría de seres sintientes, y acciones como esta demuestran que el Estado está aplicando activamente este principio. El concepto preliminar, que indica que los caninos se encuentran en buenas condiciones y sin signos de violencia física grave, alivia, pero no minimiza la gravedad del presunto maltrato.
La Ruta Correcta: Legalidad y Responsabilidad
Es fundamental destacar la forma en que se abordó el caso. Tal como lo mencionó el secretario de Gobierno, Giovanny Guerrero, la actuación se dio en estricto apego a las disposiciones legales emanadas por un inspector de Policía. Esto es vital. En casos de sensibilidad social como el maltrato animal, la ciudadanía, aunque movida por la indignación, debe evitar las vías de hecho y confiar en que la ruta institucional es la única que garantiza justicia efectiva y duradera.
La invitación del funcionario a dejar la investigación en manos de las autoridades no es una simple formalidad; es una defensa del debido proceso. Solo a través de una investigación rigurosa, liderada por las autoridades correspondientes y con la evaluación de las pruebas, se podrán tomar decisiones de fondo contra el tutor.
Un Compromiso que Debe Ser Permanente
El secretario Guerrero concluyó señalando el establecimiento de compromisos con el Concejo y el sector animalista para trabajar en una ruta de atención ante el maltrato. Este es el verdadero valor agregado del incidente. Un caso puntual debe servir como catalizador para la creación de protocolos claros y eficientes. Pasto necesita una ruta de atención integral que no solo se concentre en el rescate, sino también en la prevención, la educación ciudadana y la sanción ejemplar de los responsables.
La movilización de la ciudadanía para denunciar el caso demuestra que la sociedad pastusa está atenta y exige una respuesta. La Alcaldía tiene la responsabilidad de traducir esa indignación en una política pública fuerte y sostenible de bienestar animal. La liberación de estos caninos es un éxito puntual, pero la verdadera victoria será garantizar que Pasto se consolide como un territorio donde la convivencia responsable y el respeto por la vida animal sean la norma, y no la excepción.