La noticia   que muchos recuerdan de la renuncia del diputado Julio Aníbal Álvarez López a su curul en la duma departamental, efectiva a partir del 1 de noviembre de 2024, no debe interpretarse como el fin de un ciclo político, sino más bien como la reafirmación de un compromiso y el audaz preludio de una aspiración mayor: su candidatura a la Cámara de Representantes en 2026.

Lejos de ser un paso al costado, la salida de la Asamblea de Nariño se perfilo como un movimiento estratégico que busca liberar energías y capital político para enfocar su trabajo en un escenario de alcance nacional. Como bien lo menciona, su decisión está enmarcada en la búsqueda de "nuevos retos en otros escenarios de la política colombiana".

Álvarez López, con más de 13 años de trayectoria enarbolando las banderas del Partido Liberal y un proyecto político consolidado, ha forjado un talante y un "don de gente" que lo han convertido en una figura influyente en el departamento. Su gratitud a los electores y a su equipo no es una despedida definitiva, sino un agradecimiento por la plataforma que le permite ahora soñar con el Capitolio Nacional lo cual ratificara este 2026 con su llegada al congreso de la república.

La política nariñense no es ajena a la necesidad de renovación y de voces que encarnen un compromiso real con las regiones. La expectativa de verlo como uno de los candidatos que luchará por Nariño en 2026 es alta, y su renuncia le otorga la libertad y el tiempo necesarios para recorrer el departamento, renovar su contacto con las bases y, crucialmente, "no descuidar ese capital humano que existe en Nariño".

El diputado Álvarez López se posiciona, así, como un actor clave en el próximo debate electoral al Congreso. Su aspiración es clara: ser la voz que renueve el desgastado panorama del actual Congreso de la República y que ponga freno a la percepción de incumplimiento que hoy aflige a la ciudadanía. La búsqueda del aval político es, en este momento, un mero trámite logístico; su capital político reside en la confianza que ha logrado sembrar.

Julio Aníbal Álvarez López no renuncio; se relanza. Deja la duma departamental con la mirada puesta en Bogotá, con la convicción de que su voz permitirá "igualdad para todos" desde la Cámara de Representantes. En 2026, Nariño tendrá en él a un aspirante que, más que buscar una curul, busca transformar su compromiso regional en una fuerza de impacto nacional. Este es el cierre de un ciclo, sí, pero es, sobre todo, la vibrante apertura de una ambiciosa y necesaria nueva etapa en su carrera política.