El tan esperado proyecto de Reforma Laboral, materializado en la Ley 2466 de 2025, ha traído consigo una serie de ajustes que, si bien no tocaron directamente la fórmula de cálculo de la prima de servicios, están destinados a modificar los bolsillos de millones de colombianos en diciembre. La pregunta que surge es si este aumento indirecto es la verdadera justicia laboral que se prometió o simplemente un paliativo económico para un sector.

Más Trabajo, Mejor Prima: El Ganador de la Noche y el Festivo

La principal conclusión de los cambios radica en la ampliación de los recargos por trabajo nocturno, dominical y festivo. A partir de julio de 2025, el recargo dominical ascendió al 80% y el horario nocturno se adelantó a las 7:00 p.m. Este es, sin duda, el núcleo de la justicia distributiva que busca la reforma: dignificar el trabajo en jornadas que sacrifican la vida familiar y el descanso.

El beneficio es claro: al aumentar estos recargos, se incrementa el salario base del trabajador. Y puesto que la prima de servicios se calcula sobre este salario base, el trabajador que laboró bajo estas condiciones especiales durante el semestre verá un cheque de diciembre más abultado. El ejemplo es ilustrativo: si usted es un vigilante, un enfermero o un trabajador de la industria que sacrificó domingos y noches, su esfuerzo será mejor reconocido en su aguinaldo.

El Impacto: El aumento de la prima no es un regalo de la reforma, sino la liquidación justa de un mayor valor que el trabajador ya generó durante el semestre. La ley simplemente está obligando a que la base de cálculo refleje el costo real de su trabajo extraordinario.

La Deuda Pendiente: Los Excluidos de la Prima

Mientras unos celebran el alza indirecta, la reforma evidencia su debilidad estructural al dejar por fuera, una vez más, a una porción significativa del mercado laboral: los independientes, contratistas por prestación de servicios y aprendices.

Estos millones de colombianos, que a menudo cumplen horarios y funciones idénticas a las de un empleado fijo, siguen marginados de uno de los derechos laborales fundamentales: la prima de servicios. La reforma, al enfocarse únicamente en los ajustes de los recargos para contratos laborales tradicionales, no cerró la brecha de desigualdad entre la formalidad y la informalidad disfrazada de "contrato por prestación de servicios".

Este es el gran 'pero' del proyecto. Si la reforma buscaba la estabilidad y la justicia laboral para todos, debería haber abordado la forma en que millones de trabajadores bajo la figura de 'contratistas' siguen siendo estructuralmente más baratos para el empleador, lo que desincentiva la formalización.

 Novedades y Matices: El Auxilio de Transporte

Un punto menos mediático, pero relevante, es la posible inclusión del auxilio de transporte para el cálculo de la prima de quienes devengan más de dos salarios mínimos. Si este cambio se consolida en la aplicación de la ley (lo cual aún genera debate y reglamentación), ampliaría la base de beneficiarios de una prima ligeramente más alta, rompiendo con la tradición de que solo quienes devengan menos de dos SMLV lo reciben.

En conclusión, la Ley 2466 de 2025 es un paso, aunque pequeño, hacia la dignificación de las jornadas especiales. Es una inyección de optimismo económico para quienes sostienen la economía durante la noche y los fines de semana. Sin embargo, no podemos caer en el triunfalismo: hasta que la reforma no abrace e incluya a los contratistas y los independientes, seguirá siendo un parche que beneficia a un sector, dejando intocada la precarización laboral que se esconde tras la figura de la prestación de servicios.