La Sesión No. 118 del Consejo Directivo de la Agencia Nacional de Tierras (ANT), celebrada el 8 de octubre de 2025, no fue un encuentro burocrático más. Fue un hito histórico que resonó en la Casa de Nariño, marcando un avance significativo en la Reforma Agraria del país. El mensaje es claro y contundente: el Gobierno está saldando una deuda histórica con las comunidades indígenas del suroccidente colombiano.
Territorio y Vida: El Compromiso con los Pueblos
Los cuatro proyectos aprobados abarcan más de 92 hectáreas y benefician a pueblos ancestrales en Cauca, Putumayo y Nariño. Se trata de acciones concretas de constitución, saneamiento y ampliación de resguardos, que reafirman el compromiso con la construcción de paz a través de la redistribución justa de la tierra.
La constitución del resguardo indígena de Yaramal (Pueblo Pastos) en Ipiales, Nariño, y el de Nasa Kiwe Zxicxkwe Tierra Linda (Pueblo Nasa) en Putumayo, son pasos fundamentales. Igualmente, la ampliación del resguardo Inga de Blasiaku en Villagarzón, Putumayo, demuestra que la Reforma Agraria está operando con una visión de respeto y reconocimiento a la ocupación ancestral.
Aguatibia: La Urgencia de Proteger
El punto de mayor peso moral y simbólico es la declaración de urgencia para la entrega del predio 'Aguatibia No. 2' en Puracé, Cauca. Esta medida no es fortuita; es una respuesta directa y necesaria al Auto 004 de 2009 de la Corte Constitucional, que busca proteger al pueblo Kokonuko de la amenaza de desplazamiento y el riesgo de exterminio físico y cultural.
Las razones que impulsaron esta decisión son innegables y profundas: la protección de la posesión tradicional, la necesidad de conservación ambiental (por las características ecológicas del territorio), y la salvaguarda de sitios sagrados que son vitales para su identidad cultural.
Como lo expresó el director de la ANT, Felipe Harman: "Las comunidades indígenas hoy encuentran una institucionalidad que cumple la palabra. A las problemáticas territoriales nunca se les había prestado atención como hoy lo hace este gobierno." Este predio, tristemente recordado por el asesinato de la comunicadora indígena María Efigenia Vásquez y la lucha de la comunidad, se convierte ahora en un símbolo de justicia y cumplimiento.
La Tierra Como Instrumento de Paz
Lo que se está formalizando no es solo una porción de tierra, sino la dignidad y el futuro de miles de comuneros y comuneras. El gobernador del Resguardo Indígena de Kokonuko, Willinton Andrés Tote, lo sintetizó con emotividad: "Este es un gran paso... y se le está dando dignidad a los hombres, mujeres, niños y niñas de nuestro territorio."
La Reforma Agraria, impulsada por el Ministerio de Agricultura y la ANT, demuestra que la defensa de los derechos étnicos y ambientales es el camino hacia un campo productivo, justo y, sobre todo, en paz. Al reconocer y restituir el territorio, el Estado colombiano no solo cumple con el Acuerdo Final de Paz, sino que sienta las bases para una convivencia donde el respeto por la ancestralidad y el medio ambiente sean pilares inamovibles. El tiempo de las promesas ha terminado; es el tiempo de la tierra en manos de quienes la han cuidado por generaciones. 🌳