La seguridad del sector comercial es un termómetro clave para medir la salud de una ciudad. Por ello, la reciente jornada de prevención contra el secuestro y la extorsión liderada por la Policía Nacional en Pasto, con la participación del GAULA y Policía Comunitaria, representa una estrategia inteligente y esencial. Al centrar su esfuerzo en el Centro Comercial Sebastián de Belalcázar, la institución demuestra que la lucha contra estos delitos de alto impacto debe ser una alianza cívico-militar.
Prevención: La Primera Línea de Defensa
El valor de esta iniciativa reside en su enfoque preventivo y proactivo. La socialización de medidas de seguridad y autoprotección a administradores y vendedores transforma a los comerciantes de posibles víctimas a agentes de seguridad en su propio entorno. El GAULA, con su experticia, no solo advierte sobre los riesgos, sino que brinda las herramientas prácticas para identificar amenazas y reaccionar adecuadamente ante modalidades como la "extorsión carcelaria" o el "falso servicio".
La denuncia oportuna y la colaboración ciudadana fueron resaltadas como las herramientas más fundamentales. En crímenes como la extorsión, el tiempo es crucial, y la Red de Apoyo de los comerciantes se convierte en un sistema de alerta temprana indispensable para que la respuesta policial sea ágil y efectiva.
Fortaleciendo la Red de Confianza
El objetivo de fortalecer la Red de Apoyo no es solo policial, sino social. Al entregar los números directos de los cuadrantes, el GAULA, la Línea 123 y, crucialmente, las Líneas Antisecuestro y Antiextorsión, la Policía elimina barreras y establece un canal de comunicación directo. Esto fomenta los lazos de confianza y cooperación, que son la base para construir entornos seguros y para que la información que se entregue sea "ágil, oportuna y veraz".
Con estas acciones, la Policía Nacional en Pasto no solo protege el patrimonio de los comerciantes, sino que blindan el tejido social y económico de la ciudad contra el miedo. Es un recordatorio de que la seguridad es un esfuerzo compartido, donde la colaboración y la denuncia son el antídoto más poderoso contra el crimen organizado.