En un país donde la seguridad se asocia frecuentemente con la represión o la reacción ante el delito, la Policía Nacional en San Juan de Pasto nos recuerda la faceta más noble y esencial de su labor: la construcción de tejido social. La iniciativa del campeonato relámpago de microbanquitas “Por la paz y convivencia de mi barrio” en La Floresta es mucho más que un evento deportivo; es una táctica brillante y sensible para promover la paz desde la base.
El Trinomio que Gana
La estrategia se enmarca en el esencial Trinomio de la Seguridad: Policía, comunidad y autoridades. Este es un modelo que reconoce una verdad ineludible: la seguridad no se impone, se construye. Al articularse con el presidente de la Junta de Acción Comunal y el grupo "Amigos de la Vieja Guardia", la Policía no actúa de forma unilateral, sino que valida y empodera a los líderes locales.
El Grupo de Policía Comunitaria ha logrado convertir un simple evento de barrio en un motor de unión familiar e integración vecinal. Un balón es más efectivo que mil discursos cuando el objetivo es recuperar la confianza y la colaboración.
Goles que Valen Valores
El verdadero premio de este campeonato no es la copa, sino la recuperación de los valores cívicos. El deporte es la herramienta perfecta para enseñar respeto, solidaridad y juego limpio. Al ver a niños, jóvenes y adultos compartiendo la cancha, se visualiza el objetivo de fomentar el aprovechamiento del tiempo libre en actividades sanas y recreativas, ofreciendo una alternativa clara y atractiva frente a los riesgos del ocio improductivo y la delincuencia.
Estos espacios demuestran que la lucha contra la inseguridad también se libra en el terreno de los valores. Cuando una comunidad aprende a jugar en equipo en la cancha, es más probable que lo haga en la calle, vigilando su entorno y protegiéndose mutuamente.
Un Compromiso Más Allá del Uniforme
Con acciones como esta, la Policía Nacional va más allá de su deber coercitivo y se posiciona como un agente de cambio social. Está generando espacios que promueven la sana convivencia, la paz y el trabajo conjunto. Al fortalecer los lazos de confianza y cooperación ciudadana, se construye una base sólida donde la prevención se vuelve la norma.
El ejemplo de La Floresta nos enseña que el camino hacia entornos seguros y armónicos pasa por la integración. Que sigan rodando balones por la paz y la convivencia en cada barrio de Pasto.