El Carnaval de Negros y Blancos de Pasto, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, se encuentra nuevamente en un momento de tensión interna. La reciente reunión entre el alcalde Nicolás Toro Muñoz, el gerente de Corpocarnaval, Andrés Jaramillo, y los artistas de la modalidad carrozas, revela las fricciones inherentes a un proceso de selección altamente competitivo y reglamentado. El eje del conflicto es claro: la acreditación y las "reglas de juego" internas que dejan fuera del desfile magno a varios creadores.
La Autonomía del Gremio en Entredicho
Un aspecto fundamental que destaca el alcalde Toro es que el comité técnico evaluador y los parámetros de selección no son impuestos por la Alcaldía o Corpocarnaval, sino que los mismos artistas "lideran el proceso y establecen sus propias reglas". Esta autonomía gremial, diseñada para preservar la calidad artística, es irónicamente la fuente de la actual controversia.
Cuando un grupo de artistas no alcanza el puntaje mínimo, como sucede ahora, surge la inevitable solicitud de "reconsiderar las medidas". Esto pone al Comité de Cultura en una posición delicada: ¿se debe flexibilizar el reglamento para incluir a más talentos, o se debe mantener la rigidez para garantizar la excelencia y la seriedad del proceso? El artista Edwin Ramos lo resumió con lucidez: "Hay fallas y lastimosamente estamos divididos". La división y la asunción de errores demuestran que, más allá de los puntajes, existe una necesidad profunda de diálogo continuo y de sanar viejas heridas gremiales.
Claridad en el Proceso y Compromiso Institucional
La Alcaldía y Corpocarnaval han cumplido con su rol de facilitadores del diálogo y han ofrecido claridad en dos puntos cruciales. Primero, el alcalde desmintió el rumor de que "el carnaval se vaya a acabar" y aseguró la continuidad de la modalidad con 23 carrozas para el 2026. Segundo, el gerente Jaramillo aclaró que no hay recorte presupuestal y que los dineros están asegurados, abriendo la puerta a una posible redistribución entre los participantes. Estos anuncios son vitales para disipar la incertidumbre que suele rodear la gestión del Carnaval.
Sin embargo, la verdadera prueba de fuego está en la reunión programada con el Comité de Cultura. Allí se definirá si es posible encontrar "decisiones sensatas" que, como propone Ramos, respalden el proceso ya avanzado y, a la vez, ofrezcan "otras instancias competitivas" para los no acreditados.
Un Llamado a la Unidad y la Sensatez
El Carnaval de Negros y Blancos es un tesoro colectivo que trasciende las pugnas individuales. Las carrozas son el corazón monumental del 6 de enero, y su calidad no puede ser negociable. No obstante, la exclusión de artistas genera frustración y un riesgo de fragmentación del gremio.
La solución ideal pasará por una medida que mantenga el respeto al reglamento establecido por el mismo gremio, pero que a la vez diseñe mecanismos claros y dignos para la participación de los no seleccionados en otras categorías o espacios de exhibición. La tradición del Carnaval exige unidad, excelencia y, sobre todo, la sensatez para que las reglas internas no terminen por minar la misma riqueza artística que buscan proteger. La pelota está en el campo del Comité de Cultura. El futuro de la modalidad de carrozas, y la cohesión de sus artistas, dependen de las decisiones que se tomen.