El reciente debate en la *Comisión Tercera del Senado, capturado en el video, revela una profunda frustración con la gestión del gobierno actual. La intervención del Senador Ciro Ramírez no es solo un reclamo*, es un grito de alarma sobre las prioridades económicas que parecen haber abandonado la inversión social, a pesar de la promesa de *«gobierno del cambio»*.

*La crítica de Ramírez* es incisiva y dolorosamente precisa. El Senador cuestiona un *presupuesto* que, en lugar de priorizar a la gente, parece estar destinado a otros fines. *Nos hace reflexionar: ¿para qué sirve un presupuesto si no se invierte en lo que realmente importa?*

En la intervención, se enumeran recortes significativos que golpean directamente a los ciudadanos más vulnerables:

  • *Vivienda:* Se recortan 1.7 billones de pesos, un golpe directo a la posibilidad de que miles de familias colombianas accedan a un techo digno.
  • *Agro:* Un billón de pesos menos para el campo, un sector vital que no solo provee alimentos, sino que es el sustento de innumerables familias campesinas.
  • *Salud:* 1.8 billones de pesos menos, una cifra que en un país con tantas necesidades sanitarias, es inaceptable.
  • *Deporte:* Cuatro billones menos, lo que afecta el desarrollo de jóvenes talentos y la promoción de un estilo de vida saludable.

Mientras se despojan estas áreas cruciales, se asignan 37 billones de pesos para «OPS y otros gastos públicos«*. Esto genera una *paradoja fiscal* que el Senador subraya con vehemencia: se recorta la inversión social para financiar gastos que parecen menos prioritarios o, peor aún, ineficientes.

El Senador Ramírez no se detiene en las cifras; también toca la falta de *diálogo y concertación*. La crítica de que el gobierno no habla con alcaldes ni gobernadores revela un distanciamiento peligroso entre el poder central y las regiones. Si el presupuesto *se define sin la participación de quienes conocen las necesidades del territorio, es probable que las soluciones no se ajusten a la realidad*.

La frustración culmina en una predicción sombría: *»la horrible noche cesará en nueve meses»*. Esta frase, cargada de simbolismo, sugiere que la gestión actual ha defraudado a la ciudadanía. La promesa de *«hacer las cosas distintas»* se ha quedado en palabras, mientras el *«derroche» y la «ineficiencia»* persisten. La columna de opinión se convierte en un llamado a la *rendición de cuentas,* a un gobierno que se aleje de la demagogia y se acerque a las necesidades reales de su gente