El reciente operativo de la Seccional de Tránsito y Transporte de la Policía Nacional en Mallama, Nariño, que culminó con la incautación de 20 kilogramos de base de coca ocultos en un vehículo particular, es más que una simple estadística en la lucha contra el narcotráfico. Es un recordatorio contundente de la batalla diaria y silenciosa que se libra en las carreteras de nuestro departamento.
La noticia, a primera vista, describe un hecho rutinario: una inspección de control que deriva en la captura de un ciudadano. Sin embargo, detrás de la frialdad de los números —33 tarros de estupefacientes y un detenido puesto a disposición de la Fiscalía— se esconde la complejidad de una economía ilícita que se resiste a ceder terreno.
Nariño, por su ubicación estratégica y sus condiciones geográficas, es un corredor vital para el tráfico de drogas. Por ello, la constancia y la perspicacia de los uniformados de la Policía Nacional son la primera y más importante línea de defensa. El éxito de esta interceptación demuestra la efectividad de los controles de rutina y, más aún, la experiencia de los agentes para detectar lo que pretenden ser cargamentos invisibles. No es casualidad; es el resultado de una estrategia clara como el "Plan Cazador" que busca desmantelar la cadena logística del tráfico.
Cada kilo de base de coca que es interceptado antes de llegar a su destino final es un golpe directo a la estructura financiera de los grupos criminales. Son recursos que dejan de financiar la violencia, la corrupción y la inestabilidad en la región. La captura del conductor, que intentaba movilizar el alijo hacia el interior del país, es crucial, pues cada eslabón roto en esta cadena dificulta la operación de las redes de narcotráfico.
Es fundamental que la ciudadanía valore estos esfuerzos. La seguridad en las vías no se limita a la prevención de accidentes de tránsito; también es un componente esencial de la seguridad pública y nacional. Las autoridades están allí, patrullando y verificando, con un compromiso que merece reconocimiento.
Este resultado en Mallama nos recuerda que la lucha contra las drogas es una carrera de resistencia. Requiere no solo la acción operativa constante de la fuerza pública, sino también el fortalecimiento de la justicia para que el delito tipificado en el artículo 376 del Código Penal tenga la contundencia necesaria.
La tranquilidad y la seguridad del departamento de Nariño se construyen con resultados como este, demostrando que la ley, con vigilancia y experiencia, siempre puede interceptar el camino del crimen.