*La Cultura Política en Deuda con la Dignidad de la Vejez*

La noticia de *la victoria de Iván Cepeda en la consulta interna del Pacto Histórico para definir a su candidato presidencial en 2026* es, sin duda, un hito que marca el inicio de la carrera progresista hacia la Casa de Nariño. Con una contundente cifra de /664.992 votos/en el boletín final, el senador del Polo Democrático Alternativo se erige como el abanderado que buscará mantener el proyecto político del presidente Gustavo Petro.

/La trayectoria de Cepeda (63 años), marcada por una incesante defensa de las víctimas y un activismo político que se remonta a la Unión Patriótica/, le confiere un perfil sólido y una autoridad moral innegable dentro de la izquierda. /Su victoria, al duplicar a su contendora más cercana, Carolina Corcho, y dejar atrás a Daniel Quintero, refleja un respaldo mayoritario de las bases que valoran la coherencia y la experiencia en el Congreso, donde ha servido desde 2010./

Sin embargo, la celebración de este triunfo viene acompañada de una sombra que podría complicar el futuro de la candidatura: /el diferendo jurídico sobre la naturaleza de la consulta/.

El meollo del asunto radica en la falta de personería jurídica vigente del Pacto Histórico. Esto obligó a que los candidatos fueran inscritos por los partidos individuales que conforman la coalición,*convirtiendo de facto una "consulta interna" deseada, en una "consulta interpartidista" según la ley electoral*

Esta distinción no es un simple detalle administrativo. *Si la Registraduría y el Consejo Nacional Electoral (CNE) confirman que la elección fue realmente una consulta interpartidista (de varios partidos), podría desatar dos escenarios complejos:

  1. *Limitaciones en la Consulta Interpartidista de 2026:* El senador electo podría enfrentar restricciones sobre si puede o no participar en las consultas de coaliciones más amplias, lo que limitaría el músculo de alianzas del progresismo.
  2. *Impugnaciones Legales*: La falta de claridad en el procedimiento es un terreno fértil para que los sectores opositores interpongan demandas, buscando invalidar o, al menos, entorpecer la candidatura de Cepeda, obligándolo a centrar sus energías en el litigio en lugar de la campaña.

*Iván Cepeda ha demostrado una resiliencia formidable a lo largo de su carrera, especialmente en su prolongado pulso judicial con el expresidente Uribe*. No obstante, en esta ocasión, el diferendo no es con un adversario político, sino con la frialdad de la norma.

La tarea del progresismo no solo es celebrar su victoria y unificar a su base, sino también *blindar jurídicamente* este resultado. La Casa de Nariño no se gana solo con votos, sino también con documentos y procedimientos en regla. De no resolverse este "nudo gordiano" normativo, la contundente victoria de Cepeda de hoy podría terminar en un triunfo pírrico, abriendo una innecesaria brecha de vulnerabilidad en el camino hacia 2026.

La bandera de la izquierda colombiana está ahora en manos de un defensor de derechos humanos. *Le corresponde al Pacto Histórico garantizar que la bandera no se enrede en los vericuetos de la ley.*